Labyrinth of plastic waste / Laberinto de residuos plásticos
El pasado mes de mayo nos fuimos a Polonia, invitados por el festival de arte urbano Katowice Street Art Festival para llevar a cabo una nueva pieza, Laberinto de residuos plásticos.
Llevábamos tiempo queriendo hacerla, buscábamos visibilizar, de manera poética, la cantidad de residuos plásticos que se consumen en nuestra vida cotidiana, además de poner un punto de atención lumínica en el gran negocio del envasado de aguas, que acarrea gravísimos problemas en países en vías de desarrollo, cuyos ciudadanos han visto cómo impunemente se privatizaba sus acuíferos para el enriquecimiento exclusivo de grandes empresarios y clases gobernantes sin escrúpulos.
Después de 4 días de trabajo frente a la imponente escultura al Soldado Polaco, conseguimos 26 metros de residuos plásticos transitables, materializados en una pieza de 7 x 5 metros y 3,40 de altura, llena de pasillos laberínticos en los que jugar, perderse o simplemente pasear, en un entorno de misteriosas veladuras en el que todo lo que acontecía se percibía difuminado y en el que los rayos de sol llegaban tamizados a través de los envases coloreados. De noche, la pieza se transformaba en un recinto mágico, una especie de capilla íntima y brillante, con paredes hechas de mosaicos plásticos casi monocromáticos.
Para dar forma a esta instalación, utilizamos más de 6000 botellas de agua, conseguidas en una planta local de fabricación y embotellado, que nos cedió todas las desechadas por no cumplir los estándares de calidad exigidos para su comercialización.
El resto del material fue contribución de los vecinos que nos ayudaron a rellenar la pieza con las botellas consumidas durante los 4 días que duró el montaje. Damos fe de que en esta ciudad se bebe agua embotellada en cantidades alarmantes.
Los envases fueron depositados en bolsas transparentes que iluminamos con leds autónomos y que fueron suspendidas por las asas de una estructura metálica fabricada con elementos modulares y reutilizables.
La pieza se pudo disfrutar durante 2 semanas, abierto día y noche y finalizado este periodo, se desmontó completamente y cada parte de la instalación fue convenientemente reciclada.
Estamos muy contentos de que en Polonia por fin sea obligatorio reciclar, hace 3 años, cuando estuvimos la primera vez en Varsovia, no se hacía, pero ahora parece que esa práctica se toma muy en serio, las calles están llenas de contenedores de todo tipo y por lo que pudimos comprobar la los utiliza.
Pasamos unos día estupendos, conocimos a gente muy interesante, la organización fue impecable y los voluntarios de lo más profesional. Eso sí, trabajando bajo un sorprendente sol de justicia que nos dejó un bronceado de obrero que nos va a costar quitarnos de encima.
Gracias a la multidud d amigos que voluntariamente decidieron echarnos una mano y aportar soluciones para que todo saliera como habíamos planeado, trabajaron más de 25 personas en la pieza, sin ellos ni remotamente hubiéramos acabado la tiempo y tampoco lo hubiéramos pasado tan bien. Gracias también a la organización del festival que tenía todo planificado para que no fallara nada, además de echarnos una mano en el trabajo rutinario y sacarnos a conocer la ciudad de noche, un placer trabajar con todos ellos.
No queremos dejar de agradecer a la empresa envasadora que nos proporcionara desinteresadamente sus botellas desechadas, al colegio infantil próximo a la instalación, que nos guardó el material y a los vecinos que contribuyeron con su aportación diaria y que usaron la pieza y la disfrutaron.
Y un agradecimento especial a todos los que trabajaron en el desmontaje final, según nos han contado, trabajaron 3 días para que todo quedara impecable y cuidaron de que no quedara ni una pieza sin reciclar convenientemente.
Graciassssss a todos. Ha sido un auténtico placer trabajar con vosotros en esta pieza.
Las fotos son, como siempre, de Gustavo Sanabria y las del desmotaje nos las ha mandado Oskar Adamus que estuvo supervisando todo el proceso, gracias amigo.
Tiempo de montaje: 4 días.
Daños ocasionados: 0.
Permanencia de la intervención: 2 semanas.
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In May we travelled to Poland, where we had been invited by the Katowice Street Art Festival to present a new piece, labyrinth of plastic waste.
We had been wanting to do this for some time, we were looking to demonstrate, in a poetic manner, the amount of plastic waste that is consumed daily, in addition to focusing attention on the big business of bottling water, which leads to very serious problems in developing countries, whose citizens have watched as their aquifers have been privatized with impunity for the exclusive enrichment of large business owners and ruling classes without scruples.
After 4 days of work in front of the imposing sculpture of the Polish Soldier, we created 26 meters of transitable plastic waste, turned into a 7 by 5 meter, 3.4 meter high piece, full of labyrinthine corridors in which to play, to lose oneself or simply walk, in an environment of mysterious shades in which everything that happened was perceived as diffused and the sun’s rays were filtered through the colored packaging. At night, the piece was transformed into a magical site, a kind of intimate and shining chapel, with walls made of plastic, almost monochrome mosaics.
To create this installation, we used more than 6000 water bottles, which we got from a local manufacturing and bottling plant, which gave us all the ones they discarded because they did not meet the quality standards required to sell them.
The rest of the material was contributed by the residents who helped us to fill in the piece with the bottles consumed during the 4 days that it took to assemble it. We can attest to the fact that in this city they drink bottled water in alarming quantities.
The containers were deposited in transparent bags which we illuminated with autonomous LED’s and which were suspended by their handles from a metallic structure constructed of modular and reusable elements.
The piece could be enjoyed for 2 weeks, open day and night and at the end of this period, was completely disassembled and every part of the installation was conveniently recycled.
We are very happy that in Poland it is finally compulsory to recycle, 3 years ago, when we were in Warsaw for the first time, they did not do it, but now it seems that the practice is taken very seriously, the streets are filled with containers of all kinds and so we can verify that they are used.
We had a great day, we met very interesting people, the organization was impeccable, and the volunteers as professional as possible. Working under a surprisingly strong sun that left us with a construction worker’s tan that is going to be difficult to get rid of.
Thanks to the multitude friends that voluntarily decided to lend a hand and provide solutions so that everything worked out as we had planned, more than 25 people worked on the piece, without whom we would not have come even remotely close to finishing the piece on time or have had such a good time. Thanks also to the organization of the festival that had everything planned so that nothing would fail, in addition to lending us a helping hand with the routine work and helping us to see the city at night, it was a pleasure to work with all of them.
We must not forget to thank the packaging company which selflessly gave us their discarded bottles, the primary school next to the installation, which saved material for us and to the residents for their daily contributions, who also used and enjoyed the piece.
And a very special thank you to all those who worked on the final disassembly, who we have been told, worked for 3 days so that everything was left impeccably clean and took care that not one piece was not recycled properly.
Thanks to all. It was a real pleasure working with you on this piece.
The photos are, as always, by Gustavo Sanabria and those of the disassembly were sent to us by Oskar Adamu who supervised the entire process, thanks friend.
Time of installation: 4 days
Damages: none.
Exhibition time: 2 weeks