Christmas tree for minimally festive times… / Árbol de Navidad para tiempo minimamente navideños…
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Desde que trabajamos con la luz, utilizamos estas fechas como un ejercicio crítico. Cada año imaginamos una decoración navideña que sabemos que no se llevará a cabo, pero que nos sirve para pensar el momento que vivimos y las contradicciones que aceptamos con demasiada facilidad.
Como no podía ser de otro modo, volvemos a la temática bélica, aun sabiendo que ya no impacta en absoluto. La guerra forma parte de nuestra cotidianidad y convive sin fricción con la normalidad de nuestras celebraciones.
Por eso, para este ejercicio lumínico no basta con mostrar la guerra donde se espera verla: hay que llevarla a los lugares donde verdaderamente molesta, por antiestética, porque rompe la escenografía del optimismo y el consumo. Volvemos así al árbol navideño, ese que domina el espacio público de cualquier ciudad que se precie.
La pieza que imaginamos este año sería fácil de realizar. Utilizaríamos las estructuras cónicas de luz estándar que se alquilan para construir los árboles navideños, cubriéndolas con tela blanca translúcida retroiluminada desde el interior con una luz fría y uniforme, mientras la concertina envolvería la forma sin adornos, sin color, sin elementos decorativos añadidos, sin abalorio alguno.
No se trata de una celebración ni de una propuesta decorativa. Es simplemente una imagen incómoda colocada en un contexto festivo. Sabemos que no se hará, pero imaginarla nos consuela mínimamente y rebaja, aunque sea por un instante, el empacho lumínico que nos presiona el estómago en estas fechas.













