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Hanging landscapes. A low-tech intervention made up of white fabric, wind, light, and a clean smell / Paisajes Tendidos. Intervención bajamente tecnológica hecha con tela blanca, viento, luz y olor a limpio

 

 

An old piece redrawn.

We remain determined to carry out this piece that we conceived in 2021, right after the pandemic. It reflects our way of working: simple and far removed from complex technologies, with the aim of expressing ideas clearly and evocatively.

In case it wasn’t entirely clear what it was about, we wanted to improve it visually, seeking to make it even more understandable.

As we have always acknowledged, technology is not our thing. This might seem curious, considering that our activity is connected to technical advances. However, we remain focused on exploring simple concepts that awaken emotions, critical thoughts, social commitment, or memories of times when life seemed kinder and more genuine.

Haven’t you ever wished to return to childhood, running freely among laundry flapping in the wind? This moment, so often represented by artists, inspires our proposal. With Hanging Landscapes, we want to recreate this dreamy scene and turn it into a tangible experience, in spaces where it would normally be impossible.

The installation would consist of an immense clothesline full of illuminated sheets, moved by the wind or a gentle intervention. The fabrics, arranged in long rows with pathways in between, would allow people to enter, get lost, and enjoy the touch and smell of clean laundry. It would be a place to take refuge, letting the senses transport them to times when life seemed simpler and more serene.

We envision this project in landscapes degraded by human activity, as a symbolic gesture of recovery, or in iconic urban settings, offering a poetic respite amidst the hustle and bustle. It could also be installed in parks, where people already seek a connection with nature. We are open to suggestions, as the experience we want to convey knows no boundaries.

Although it may seem humble, a clothesline combines the most sustainable technologies: solar and wind energy in perfect synchrony. Its beauty lies in this simplicity.

Inspired by the master Angelopoulos, we have adapted his visual imagery to our luminous practice, thinking of a piece that not only transforms spaces but also invites reflection and connection with the essential.

Drawings by Marta Menacho.

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Antigua pieza redibujada.

Seguimos empeñados en llevar a cabo esta pieza que ideamos en 2021, recién salidos de la pandemia. En ella se refleja nuestra manera de trabajar, sencilla y alejada de tecnologías complejas, con el objetivo de expresar ideas de forma clara y evocadora.

Por si no estaba muy claro de que va, hemos querido mejorarla visualmente, buscando que sea aún más comprensible.

Como siempre hemos reconocido, la tecnología no es lo nuestro. Esto podría parecer curioso, considerando que nuestra actividad está conectada con los avances técnicos. Sin embargo, seguimos enfocados en explorar conceptos simples que despierten emociones, pensamientos críticos, compromiso social o recuerdos de momentos en los que la vida parecía más amable y genuina.

¿Nunca habéis deseado volver a la infancia, corriendo libres entre ropa tendida al viento? Este instante, tantas veces representado por artistas, inspira nuestra propuesta. Con Paisajes Tendidos, queremos recrear esa escena soñadora y convertirla en una experiencia tangible, en espacios donde normalmente sería imposible.

La instalación consistiría en un inmenso tendedero lleno de sábanas iluminadas, movidas por el viento o una suave intervención. Las telas, dispuestas en largas filas con pasillos entre ellas, permitirían a las personas adentrarse, perderse y disfrutar del roce y el aroma de la ropa limpia. Sería un lugar donde refugiarse, dejando que los sentidos los transporten a tiempos en los que la vida parecía más sencilla y serena.

Visualizamos este proyecto en paisajes degradados por la acción humana, como un gesto de recuperación simbólica, o en entornos urbanos icónicos, ofreciendo un respiro poético en medio del ajetreo. También podría instalarse en parques, donde las personas ya buscan conectarse con la naturaleza. Estamos abiertos a sugerencias, porque la experiencia que queremos transmitir no tiene fronteras.

Aunque pueda parecer humilde, un tendedero combina las tecnologías más sostenibles: energía solar y eólica en perfecta sincronía. En esta simplicidad reside su belleza.

El maestro Angelopoulos nos visualizó la idea, y nosotros la hemos adaptado a nuestro interés lumínico, pensando en una pieza que no solo transforma espacios, sino que también invita a la reflexión y a la conexión con lo esencial.

Dibujos de Marta Menacho.