To the Conquest of All City Puddles / A la conquista de todos los charcos urbanos
It rained. This hadn’t happened in Madrid for many months. So, we seized the opportunity to go for a puddle hunt and celebrate the emergence of these tiny spaces that rebel against the gray asphalt in the shape of whimsical mirrors reflecting the sky under our feet.
We wanted to get our shoes wet as we rudimentarily recreated minute paradises of intimacy which would metaphorically help us disconnect from other luminous feats which leave us exhausted from time to time.
It is actually quite gratifying to enjoy these moments where we go out with our lights and our friends and improvise something on the street. We do this for the pleasure of it, with no expectations at all, just to send a message and privately celebrate things that we cherish.
We intervened 10 puddles for this rainy celebration. We used lights as well as clay islands with miniature palm trees and paper boats that we blew to reach these islands.
We enjoyed ourselves for many hours recreating our tiny low-cost paradises in the hub of a crazy city filled with speculation. We sure had a blast.
We had previously rehearsed this at home in order to make it all work perfectly. And so it did. At the end of the night, everything was cleared and no trace of our adventure was left.
We want to thank our friends Montaña and Elisa who accompanied us in this city adventure. We also want to thank Melisa Hernández, who created this charming photoreport for us.
Time of installation: 7 hours.
Damages: none.
Exhibition time: 10 hours.
Llovió, hacía muchos meses que esto no pasaba en Madrid y aprovechamos la ocasión para salir a cazar charcos y celebrar así la novedosa aparición de esos pequeños espacios que se rebelan contra el gris asfalto en forma de caprichosos espejos en los que se refleja el cielo a nuestro paso.
Queríamos mojarnos los zapatos, mientras recreábamos de manera rudimentaria, mini paraísos de intimidad que metafóricamente nos ayudaran a desconectar de otras hazañas lumínicas que a veces nos dejan agotados.
La verdad es que siempre nos resultan altamente gratificantes esos momentos en los que salimos de modo improvisado con nuestras luces y nuestros amigos a trabajar en la calle, por el simple gusto de hacerlo, sin generar expectativas de ningún tipo, sólo por hacer criticas y también por festejar en privado cosas que nos alegran.
Para esta celebración lluviosa intervinimos 10 charcos, usando luz, islas de arcilla con sus palmeras en miniatura y barquitos de papel que soplamos para poder llegar hasta ellas.
Nos entretuvimos muchas horas recreando nuestros pequeños paraísos de bajo coste, en el centro de una ciudad loca de pura especulación y lo pasamos realmente bien.
Previamente habíamos ensayado en nuestro entorno doméstico para que todo funcionara a la perfección, y así fue. Al final de la noche todo quedó limpio y sin rastro de nuestra aventura.
Queremos dar las gracias a nuestras amigas Montaña y Elisa que nos acompañaron en esta gran aventura urbana, también a Melisa Hernández, que nos obsequió con tan encantador reportaje.
Tiempo de instalación: 7 horas
Daños ocasionados: 0.
Permanencia de la intervención: 7 horas.