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Literature vs Traffic / Literatura vs tráfico. Utrecht 2022

Picture: Montaña Pulido

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Picture: Bram van Toor
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Last September we went to the Netherlands as guests to the International Literature Festival Utrecht – ILFU, to carry out our piece Literature vs Traffic at a street downtown.

The idea of this piece has not changed since the first time we carried it out:

We want literature to take over the streets and to become the conqueror of all public places, offering passersby a traffic-free area that will, for a few hours, surrender to the humble might of the written word.

Thus, a place in the city usually dedicated to speed, pollution, and noise, shall turn, for one night, into a place of peace, quiet, and coexistence, lighted by the soft dim light issued from the book pages.

The books will be available for those who want to take them, so the installation will recycle itself and will last as long as its users decide to make it disappear.

Cars will eventually re-claim their place. However, those who walked by this place that night will hold the memory of how once books took over it, so they will have a better relationship with it.”

Although cars are not a problem for pedestrians in Utrecht’s city center, we took the opportunity to launch a message of environmental awareness worldwide and especially to invite people to read in public places.

On this occasion, we used more than 11,000 books that we got from public announcement in which private donors participated as well as book stores and libraries. It took 3 months to collect them. It was a great pleasure for us to open the boxes and find the quality of the interesting books that were donated and their optimal condition. There was a great deal of old books that seemed hard to find.

We used these books to create a very long stream which was open to the public during the entire day. When night came, we made ways inside of it so that people could enter the piece and have access to the books to leaf through them and choose those they liked the most to take back home.

Later that night, we picked up the books that remained on the street. They were carefully stored away and, once the lights were out, they were donated to local thrift stores.

We spent 10 wonderful days at the Utrecht library to set up the books. It was a paradise of congeniality and reading. We were welcome there as part of their facilities and made room for us next to a piano which was played every day by spontaneous musicians who made our work pleasant.

50 volunteers helped us light the books. Most came through the announcement the festival organizers made. The others gathered spontaneously when they saw us work at the library.

A multicultural team was formed which was managed by the organizers. They got us all to work together with the best disposition so that our grand enterprise would come to happen. We want to thank everyone because they were the best and most efficient team we could have imagined.

Needless to say, this would not have been possible without the ILFU festival organizers. Thanks to their professionalism and sensitivity, they managed to blend complex logistics with gratifying communal work. Our total appreciation goes out to them.

Many thanks to Montaña Pulido for his photographic report of the entire process. Also to the ILFU festival photographers who generously shared their photographic material with us — Bram van Toor, Rob Schreuder, Jonathan Franzen, Michael Kooren, and Liset Verberne whose drone showed us the real size of our piece.

Time of installation: and installation: 10 days.
Damages: none.
Exhibition time: 1 day.

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El pasado mes de septiembre estuvimos en Países Bajos invitados por El festival Internacional de Literatura de Utecht. Ilfu, para llevar a cabo nuestra pieza Literatura vs Tráfico en una céntrica calle de la ciudad.

La idea de la pieza no ha variado desde la primera vez que la llevamos a cabo:

«Queremos que la literatura se apodere de las calles y se convierta en conquistadora del espacio público, ofreciendo gratuitamente a los que pasean, un lugar libre de tráfico, que por unas horas, sucumbirá al modesto poder de la palabra escrita.

Así, un espacio urbano reservado convencionalmente a la velocidad, la contaminación y el ruido, se convertirá por una noche en un lugar para la tranquilidad, el relax y la convivencia. Iluminado por una suave luz difusa de las páginas iluminadas.

Los libros, quedarán a disposición del que se los quiera llevar, con lo que la instalación se autoreciclará y tendrá la duración que los usuarios quieran que tarde en desaparecer.

Al final, los coches volverán a ocupar su sitio, pero para muchos de los que pasaron por allí esa noche, el recuerdo de que una vez los libros ocuparon este mismo espacio, hará que su relación con este entorno mejore».

Y aunque en el centro de Utrecht los coches no son un gran problema para los peatones, aprovechamos la ocasión para lanzar un mensaje de alarma medioambiental a nivel más global y sobre todo para invitar a la lectura, también en el espacio público.

En esta ocasión contamos con mas de 11.000 libros conseguidos con una convocatoria pública en la que participaron donantes particulares, así como librerías y bibliotecas. Se tardaron unos 3 meses en reunir y para nosotros fue un gustazo ir abriendo las cajas y ver la calidad de los libros interesantes donados y la buena conservación de los mismos. Había gran cantidad de libros antiguos que parecían difíciles de encontrar.

Con ellos construimos un larguísimo caudal de libros que permaneció expuesto todo el día en el espacio público y cuando llegó la noche abrimos caminos en él para que la gente se internara en la pieza y pudiera acceder, ojear y elegir los que más les interesaran y llevárselos a casa.

En la madrugada, se recogieron los que quedaron en la calle, se guardaron cuidadosamente y una vez apagadas las luces, fueron donados a las tiendas de segunda mano locales.

Para el montaje de los libros, tardamos uno 10 días que pasamos en la maravillosa Bieb Neude, un paraíso de convivencia y lectura, que nos acogió como parte de sus instalaciones y nos dejo hueco junto al piano con el que todos los días, músicos espontáneos nos amenizaban el trabajo.

50 voluntarios ayudaron en la tarea de iluminar los libros, la mayoría acudieron gracias a la convocatoria que había lanzado la organización del festival, y el resto se fue uniendo espontáneamente cuando nos vieron trabajar en la biblioteca.

Se formó un equipo multicultural gestionado por la organización, que logró que todos trabajáramos con la mejor disposición para que esta titánica empresa saliera adelante. Tenemos que dar las gracias a todos porque fueron el mejor y más efectivo equipo que podíamos haber imaginado.

Pro supuesto, esto no hubiera sido posible sin la gente de la organización del festival ILFU, que con la mayor profesionalidad y sensibilidad lograron aunar una complicada logística con un gratificante trabajo comunitario. Nuestro total agradecimiento.

Muchas gracias a Montaña Pulido  por el reportaje fotográfico durante todo el proceso. También a los fotógrafos del festival ILFU que generosamente compartieron su material fotográfico con nosotros: Bram van Toor, Rob Schreuder, Jonathan Franzen, Michael Kooren, y a Liset Verberne que con su dron nos dio la dimensión real de la pieza.

Tiempo de montaje:  10 días.
Daños ocasionados: 0.
Permanencia de la intervención: 1 día
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Literature vs Traffic / Literatura vs tráfico. Ann Arbor (Michigan) 2018

Last October, we went to Ann Arbor, invited by  the University of Michigan Institute for the Humanities thanks to its curator, Amanda Krugliak, to carry out one of our most famous pieces, Literature vs Traffic, which we had previously installed in TorontoMelbourne,  Madrid, and New York.

We found this invitation appropriate for two reasons. First, Detroit, Michigan’s most important city, was the capital city of the automotive industry in the US. Although today it is immersed in a deep crisis, its largeness and its lack of public transportation banish pedestrian life from its landscapes. Its citizens are forced to use their cars lest they become outcasts with no chance to work outside their neighborhoods.

Second, Ann Arbor (a peaceful college town but with quite some traffic) describes itself as a book lover,   and this feeling is everywhere and is the reason why this piece was carried out so successfully, well beyond our own expectations, despite the logistic challenges usually faced during its installation.

We wanted to send the same message as 6 years ago, which has unfortunately not gone obsolete, “We want literature to take over the streets and to become the conqueror of all public places, offering passersby a traffic-free area that will, for a few hours, surrender to the humble might of the written word.

Thus, a place in the city usually dedicated to speed, pollution, and noise, shall turn, for one night, into a place of peace, quiet, and coexistence, lighted by the soft dim light issued from the book pages.

The books will be available for those who want to take them, so the installation will recycle itself and will last as long as its users decide to make it disappear.

Cars will eventually re-claim their place. However, those who walked by this place that night will hold the memory of how once books took over it, so they will have a better relationship with it.”

In order to get used books, the university organized a book collection from local book stores and people until we got the 10,000 books we needed. We actually got many more.

The piece’s location was in itself an organizational feat, as the corner of State Street and Liberty Street forms the town’s main artery and it was closed to traffic for 24 hours. The world did not collapse though.

In addition, we counted on 90 volunteers who worked with us during the entire process, starting with the collection and selection of books in the months prior to our arrival. The work intensified during the 10 days we worked together preparing and lighting the books, to finally lay them on the street the day of the exhibition. We spent so much time together, that we became a big family united by light and our love of literature.

On October 23, we laid 11,000 lighted books on the street, taking over a long stretch of paved street turned, for a few hours, into a river of white waves formed by the book pages stirred by the wind.

At nightfall, visitors were able to access the interior of the piece and were invited to enjoy the books and to take those they found more interesting.

In less than 2 hours, all the lighted books disappeared in large lighted heaps, carried away by excited visitors who filled bars and restaurants with armfuls of books. This was also a magical occurrence.

The street was totally clean and empty by midnight. We were quite pleased because everything was recycled at a stunning speed.

All this was made possible by the University of Michigan and their sponsorship; by Amanda Krugliak, who invited us and did all the complicated paperwork for us in the best of moods and with utmost professionalism; by Lucy and Adam, who stayed with us all the time and helped us with utmost dedication, making volunteers feel totally comfortable.

We would like to thank all those local people, businesses and institutions that donated their books, and our dear volunteers who happily accepted our invitation to work with the books.

We would really like to offer everyone our deepest gratitude. It has truly been an unforgettable experience knowing you all and living in such a literary, humane, friendly town.

Thanks to Melisa Hernández and John Eikost for their excellent pictures.

A special mention to our wonderful workplace, the old building of the museum of natural history, Ruthven Museum, now being re-located, whose mysterious rooms we invaded with our books became the subject of priceless pictures.

Time of installation: 10 days.
Damages: none.
Exhibition time: 12 hours
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El pasado octubre estuvimos en Ann Arbor, invitados por el Departamento de Humanidades de la  Universidad de Michigan a través de su curadora Amanda Krugliak, para llevar a cabo una de nuestras piezas mas populares Literatura vs Tráfico, que previamente  habíamos instalado en Toronto, Melbourne,  Madrid y New York.

Esta invitación nos pareció de lo mas apropiada por dos razones, la primera: Detroit, principal ciudad del estado de Michigan, fue la capital de la industria automovilística de EEUU y aunque hoy día está sumida en una profunda en crisis, sus grandes dimensiones y la falta de transporte público hacen que la figura del peatón prácticamente no exista. Los ciudadanos se ven obligados a usar el coche en todos sus desplazamientos si no quieren convertirse en marginados sociales sin posibilidades de salir de sus barrios para trabajar.

La segunda: Ann Arbor, (apacible ciudad universitaria pero con bastante tráfico), se describe a sí misma como amante de los libros  y este sentimiento que se respira en todas partes, es el que ha conseguido que la pieza se haya  llevado a cabo con éxito absoluto, superando con creces todas nuestras expectativas, a pesar de los problemas de logística que suele conllevar ponerla en marcha.

El mensaje que queríamos transmitir sigue siendo el mismo de hace 6 años, tristemente no ha quedado aun obsoleto; “Queremos que la literatura se apodere de las calles y se convierta en conquistadora del espacio público, ofreciendo gratuitamente a los que pasean, un lugar libre de tráfico, que por unas horas, sucumbirá al modesto poder de la palabra escrita.

Así, un espacio urbano reservado convencionalmente a la velocidad, la contaminación y el ruido, se convertirá por una noche en un lugar para la tranquilidad, el relax y la convivencia. Iluminado por una suave luz difusa de las páginas iluminadas.

Los libros, quedarán a disposición del que se los quiera llevar, con lo que la instalación se autoreciclará y tendrá la duración que los usuarios quieran que tarde en desaparecer.

Al final, los coches volverán a ocupar su sitio, pero para muchos de los que pasaron por allí esa noche, el recuerdo de que una vez los libros ocuparon este mismo espacio, hará que su relación con este entorno mejore”.

Para conseguir libros usados la propia universidad hizo la convocatoria, pidiendo a librerías y particulares  de la localidad que nos donaran los que ya no necesitaban, hasta conseguir las 10.000 unidades que nosotros habíamos propuesto. Sorprendentemente, conseguimos muchos mas,

La localización de la pieza fue otra gran proeza de gestión,  calle State esquina con Liberty, la arteria principal de la ciudad que se cortó al trafico durante 24 horas sin que el mundo colapsara.

Además, contamos con mas de 90 voluntarios que nos acompañaron durante todo el proceso, comenzando con la recopilación y selección de los libros los meses previos a nuestra llegada, y que se intensificó durante los 10 días trabajamos juntos en el acondicionamiento e iluminación de los libros, para  culminar el día de exhibición en el que hubo que colocar todo en la calle. Tanto tiempo pasamos juntos que acabamos siendo una gran familia unidos por la luz y el amor a la literatura.

El día 23 de octubre instalamos 11.000 libros iluminados en la calle, ocupando un largo tramo de asfalto que por unas horas se convirtió en un río de olas blancas formado por las hojas de los libros movidas por el viento.

Cuando se hizo completamente de noche, todos los visitantes pudieron acceder al interior de la pieza y se les invitó a disfrutar de los libros y llevarse los que mas interesantes les parecieran.

En menos de 2 horas, absolutamente todos los libros iluminados desaparecieron en grandes pilas iluminadas, transportados por los emocionados visitantes que cargando con  ellos invadieron los bares y restaurantes de los alrededores, y que también fue un mágico suceso.

A media noche la calle estaba completamente vacía y limpia, y nosotros tan  satisfechos porque el objetivo de reciclaje total se consiguió a una velocidad pasmosa.

Todo esto no hubiera sido posible sin la Universidad de Michigan que nos patrocino, sin Amanda Krugliak que fue quién nos invitó y allanó con el mejor sentido del humor y profesionalidad tantas  burocracias que parecían insalvables. Sin Lucy y Adam que no se separaron de nosotros ayudándonos con la mayor dedicación y consiguiendo que los voluntarios se sintieran como en casa.

Por supuesto tenemos que mencionar a todas las personas, negocios particulares e instituciones, que nos donaron sus libros y a los queridos voluntarios que acudieron encantados a la invitación de trabajar con libros.

A todos queremos darles nuestro mas profundo agradecimiento, verdaderamente ha sido una inolvidable experiencia conocerles a todos y poder vivir en una ciudad tan literata, humana y acogedora.

Gracias a Melisa Hernández y a John Eikost por el estupendo reportaje fotográfico.

Un recuerdo muy especial para nuestro maravilloso lugar de trabajo, el antiguo edificio que albergaba el museo de historia natural, Ruthven Museum  en traslado, cuyas misteriosas habitaciones invadimos con nuestros libros proporcionaron un reportaje fotográfico inestimable.

iempo de montaje e instalación: 10 días
Daños ocasionados: 0.
Permanencia de la intervención: 12 horas.

 

 

Literature vs. Traffic / Literatura vs tráfico. Toronto 2016

We went to Canada last October invited by Nuit Blanche Toronto 2016 to carry out one of our most popular installations Literature vs. Traffic within the And the Transformation Reveals program commissioned by Camille Hong Xin.

We had previously carried it out in Madrid and New York illegally, and in Melbourne with all the permits. It made a lot of sense to do it again in Toronto since they have quite apparent traffic issues.

The meaning of this piece has not changed as the battle between pedestrians and vehicles still goes on in most of the world’s large cities and it is hard to find real, workable solutions. Despite the efforts on the part of some cites to reduce downtown traffic, they can only go as far as to create a Car-free day in order to have an idea as to how we would live without them.

This was our message more than five years ago: “We want literature to take over the streets and conquer public spaces, freely offering those passersby a traffic-free place which, for some hours, will succumb to the humble power of the written word.

Thus, a city area which is typically reserved for speed, pollution and noise, will become, for one night, a place for quietness, calm and coexistance illuminated by the vague, soft light coming out of the lighted pages.

The books will be there for those who want to take them so the installation will recycle itself and will last as long as users want it there.

Cars will eventually fill their space but for many of those who walked by this place that night, the memory of those books that took that same space will improve their relationship with these surroundings”.

We have used 10,000 books on this occasion donated once again by the Salvation Army. We found true treasures among these books some of which were surprisingly old and privately donated.

We worked for 12 days together with more than 50 volunteers who helped us during the laborious installation process. Thanks to their effort, on the night of October 1st, our books could finally replace cars on Hagerman Street, downtown Toronto.

During that night, visitors could literally feel immersed in a flow of words and paper where they could dive and find treasures, sit down, take photos and enjoy brief reading moments to eventually take small pieces of the installation home. We hope these lights have not completely gone out within these pages.

The piece was self-dismantled in 10 hours leaving some remains at dawn which were collected by the city’s street maintenance service.

We want to thank many of our friends who helped us carry out our installation just as we had conceived it: our curator Camille, who chose us to be part of an impressive group of artists and who gave us moral and human support; our thanks to Toronto City Council to make this piece possible and their production team who took care of logistics; a thousand thanks, of course, to our dear volunteers who were the engine for this piece and whose endeavor and positive attitude made everything happen. Our gratitude and admiration to Ron James whose professionalism and kindness made everything a lot easier.

We want to thank Lola Martínez for traveling so far to take these wonderful photos. A big pleasure, as always.

Thanks also to Javier Vidal and Adrian Sotés for the music accompanying our images.

Time of installation: 12 days.
Damages: none.
Exhibition time: 1 night.

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Este mes de Octubre hemos estado en Canadá, invitados por Nuit Blanche Toronto 2016, para llevar a cabo un de nuestra instalaciones más populares, Literatura vs Tráfico, dentro del programa And the Transformation Reveals, comisariado por Camille Hong Xin.

Previamente ya la habíamos llevado a cabo en Madrid y New York de manera ilegal, y en Melbourne, con todos los permisos, en Toronto, tenía todo el sentido repetirla, ya que los problemas de tráfico son mas que evidentes.

El sentido de la pieza no ha variado, ya que la lucha entre peatón y vehículo se sigue produciendo en la mayoría de las grandes urbes del mundo, siendo muy difícil encontrar soluciones reales que funcionen. Aunque hay intentos por parte de algunas ciudades de reducir el trafico en el centro urbano, a lo mas que llegan la mayoría de ellas es a institucionalizar un día sin coches para poder imaginar cómo se viviría sin ellos

Este fue nuestro mensaje hace mas de 5 años; «Queremos que la literatura se apodere de las calles y se convierta en conquistadora del espacio público, ofreciendo gratuitamente a los que pasean, un lugar libre de tráfico, que por unas horas, sucumbirá al modesto poder de la palabra escrita.

 

Así, un espacio urbano reservado convencionalmente a la velocidad, la contaminación y el ruido, se convertirá por una noche en un lugar para la tranquilidad, el relax y la convivencia. Iluminado por una suave luz difusa de las páginas iluminadas.

Los libros, quedarán a disposición del que se los quiera llevar, con lo que la instalación se autoreciclará y tendrá la duración que los usuarios quieran que tarde en desaparecer.

Al final, los coches volverán a ocupar su sitio, pero para muchos de los que pasaron por allí esa noche, el recuerdo de que una vez los libros ocuparon este mismo espacio, hará que su relación con este entorno mejore».

Para esta ocasión, contamos con 10,000 libros, cedidos de nuevo por el Ejercito de Salvación, entre los que fuimos encontrando verdaderas joyas editoriales, algunas de insospechada antigüedad provenientes de donaciones privadas.

12 días, estuvimos trabajando, mano a mano con mas de 50 voluntarios que nos ayudaron en el laborioso proceso de montaje. Y gracias a ellos, la noche del 1 de octubre nuestros libros finalmente lograron remplazar a los coches en la céntrica calle Hagerman.

Esa noche, los visitantes pudieron sentirse literalmente dentro de un río de palabras y papel, tuvieron tiempo para bucear y encontrar sus tesoros, sentarse, hacer fotos y disfrutar de breves momentos de lectura para finalmente llevarse pequeñas piezas  de la instalación a sus casas. Esperamos que aun no se hayan apagado del todo las luces dentro de las páginas.

Unas 10 horas tardó la pieza en autodesmontarse, y así, con las primeras luces del día no quedaron mas que algunos pequeños restos que fueron recogidos por los servicios de limpieza.

Queremos dar las gracias a tantos amigos que han colaborado para que la instalación pudiera llevarse a cabo tal como la pensamos: A nuestra curadora Camille, que nos eligió para formar parte de un impresionante elenco de artistas y que nos apoyó moral y humanamente; gracias al Ayuntamiento de Toronto por hacer posible la materialización de la pieza, y a su equipo de producción que se encargo de la logística; por supuesto, miles de gracias a nuestros queridos voluntarios que fueron el motor de la pieza y sin cuyo trabajo y buena disposición, no hubiera sido posible. Y agradecimiento y admiración para Ron James, sin cuya profesionalidad y cariño todo hubiera sido mucho mas difícil.

Gracias a Lola Martínez, por venirse hasta tan lejos y hacernos estas maravillosas fotos. Un placer, como siempre.

Gracias también a Javier Vidal y a Adrian Sotés por poner música a nuestras imágenes.
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Tiempo de instalación: 12 días.
Daños ocasionados: 0.
Permanencia de la intervención: 1 noche.

Bocetos para la instalación «Literatura vs Tráfico» en Melbourne / Sketches for the installation “Literature vs Tráfico” in Melbourne

Estos son algunos bocetos que presentamos para definir nuestra instalación «Literatura vs Tráfico» en Melbourne.

Como veréis, en un principio contemplamos la posibilidad de colgar muchos de los libros a modo de lámparas.

Al final los colocamos todos en el suelo y desde luego, viendo el resultado, fue la mejor solución.

Las preciosas ilustraciones son de Marta Menacho.

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These are some sketches that we presented to define our installation «Literature vs Traffic» in Melbourne.

As you can see, in the beginning we contemplated the possibility of hanging many of the books from lights.

In the end we put them all on the ground and of course, seeing the result, it was the best solution.

The beautiful illustrations are by Marta Menacho.

Literature versus Traffic in Melbourne / Literatura versus tráfico en Melbourne

 

Image Fred Kroh.

 

El pasado mes de junio, nos trasladamos a Melbourne para llevar a cabo una gran instalación, la más grande hasta ahora para nosotros, dentro del festival  Light in Winter.

La temática elegida por el festival para este año ha sido «la lectura», por lo que nos pidieron que lleváramos a cabo Literature vs Traffic, una pieza que ya habíamos instalado en New York de forma subversiva y que nos ofrecían la oportunidad de ampliar y hacer crecer durante un mes.

Hasta la otra punta del mundo nos fuimos, pasando del soleado verano madrileño a un suave y lluvioso invierno, con la romántica intención de convertir la moderna y fría arquitectura de Federation Square, en un espacio acogedor, humano e íntimo, que invitara a lectura y al recogimiento.

Contábamos para ello con 10.000 libros desechados por bibliotecas públicas por considerarlos obsoletos, que el Ejercito de Salvación se encargó de recoger y donarnos altruístamente, por supuesto, también teníamos nuestras luces y la ayuda de un montón de amigos con la que convivimos durante un mes en los trabajos de ensamblaje e instalación.

¿El fin de esta pieza?, él mismo que el de la primera vez que la llevamos a cabo, que un río de libros desbordara el espacio físico de los peatones y se instalara en el asignado a los coches, robando un preciado suelo al abundante tráfico de la zona, en un gesto simbólico en el que la literatura se apoderara de las calles y se convirtiera en conquistadora del espacio público, ofreciendo a los ciudadanos, un lugar (no tan grande como nos hubiera gustado) en el que el tráfico se retirara para ceder terreno al modesto poder de la palabra escrita.

Conseguimos, después de una dura batalla contra la climatología, cambiar el aspecto de la plaza, progresivamente durante un mes, conquistamos terreno hasta que la noche del 30 de junio, un carril de la transitada Flinders Street pasó a ser una sala de lectura iluminada por una tenue luz que palidecía bajo las potentes pantallas de leds instaladas en la plaza.

Nuestra pieza sirvió de telón de fondo para muchas cosas que pasaron por allí esos días, por supuesto, fue el escenario para multitud de fotos de los curiosos y visitantes, además estuvo acompañando a muchas otras piezas instaladas durante el festival de luz, y para conmemorar el solsticio de verano fue utilizada como escenografía de la pieza de danza y performance Walking Through Words, dirigida por Tony Yap y Yumi Umiumare en colaboración con varias comunidades de la ciudad.

La noche final, el río desbordado de libros, fue ofrecido a los visitantes que se tomaron su tiempo eligiendo entre los miles instalados los más interesantes para llevarse a casa. Además 9 artistas de la compañía de Yumi, llevaron a cabo una improvisada y mágica performance que terminó en una donación de libros a los ocupantes de los coches que circulaban por los alrededores y que estupefactos abrían las ventanillas para hacerse con tan misteriosos presentes.

Aunque ha sido una instalación complicada y con un planteamiento bastante diferente a las modestas y efímeras que solemos llevar a cabo, el balance final ha sido muy positivo, sobres todo por todas las personas que hemos conocido y que nos han ayudado a que saliera adelante.

No queremos dejar de dar las gracias a todos los voluntarios que generosamente nos donaron su tiempo, a la gente de Fedsquare que nos allanó los obstáculos y que participó activamente en la construcción de la pieza, a los colegas de Guerrilla Lighting que nos acompañaron con sus linternas, a Fred Kroh que nos cedió gran cantidad de material fotográfico, a los artistas que embellecieron la instalación con sus performances… Unas especialísimas gracias a  Alfonso Ruano que se fue con nosotros desde España y sin el cual definitivamente nada de esto hubiera sido posible, gracias amigo y por supuesto a nuestra querida Cristina Curiel, que consiguió que todo funcionara a la perfección.

No nos vamos a olvidar de todo ese tiempo, muchísimo, que hemos pasado mirando libros, pasando hojas y descubriendo secretos olvidados de gente que no conocemos, y preguntándonos cual fue el criterio que siguieron los bibliotecarios para expulsarlos de sus estanterías, algunos nos parecieron verdaderamente impresionantes.

Toda una experiencia esta gran instalación, hemos aprendido muchas cosas interesantes, esperamos que no se nos olviden…

Fotos de Gustavo Sanabria.

Tiempo de montaje: 30 días.
Daños ocasionados: 0.
Permanencia de la intervención: 1 mes.

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In June, we went to Melbourne to carry out a large-scale installation, our largest so far, at the Light in Winter festival.

This year’s theme was «reading», for this reason they asked us to recreate Literature vs Traffic, a piece that we had previously installed in New York in a subversive manner and which they now offered us the opportunity to expand it and make it grow for a month.

To the other side of the world we went, going from the sunny summer in Madrid to a mild and rainy winter, with the romantic intention of converting the modern and somewhat cold architecture of Federation Square, into a cozy, human and intimate space, which encouraged reading and tranquility.

We had 10,000 books discarded by public libraries because they considered them to be obsolete, that the Salvation Army was responsible for collecting and donating them to us, altruistically of course, we also had our lights and the help of a lot of friends with whom we lived for a month doing the work of assembly and installation.

The objective of this piece? The same as the first time that we carried it out, that a river of books overflowing into the physical pedestrian spaces and installed itself in the space allocated to cars, stealing precious space to the dense traffic in the area, in a symbolic gesture in which literature took control of the streets and became the conquerer of the public space, offering the citizens, a space (not as big as we would have liked) in which the traffic withdrew yielding ground to the modest power of the written word.

We managed, after a tough battle against the weather, to change the appearance of the plaza progressively for a month, and that on the night of June 30, a lane of the busy Flinders Street became a space for reading and coexistence, lit by a dim light that paled under the powerful LED displays installed in the plaza.

Our piece served as a backdrop for many things that happened there during these days. Of course, it was the scene for a multitude of photos taken by the curious and visitors, in addition it was accompanied by  many other pieces installed during the festival of light, and to commemorate the el summer solstice it was used as the stage for the dance and performance piece Walking Through Words, directed by Tony Yap and Yumi Umiumare in collaboration with various communities from the city.

On the final night, the overflowing river of books, was offered to the visitors who took their time choosing the most interesting to take home from the thousands installed there. In addition 9 artists from the company Yumi, conducted an impromptu and magical performance that ended in a donation of books to the occupants of the cars that were circulating in the vicinity, who, stupefied opened their windows to receive these mysterious presents.

Although it was a complicated installation, with a quite different approach to the modest and ephemeral ones that we usually carry out, the final balance was very positive, above all because of the people we met and that helped us to pull it off.

We want to give thanks for all their help, to all the volunteers that generously donated their time to us, to the people from Fedsquare that smoothed out all the obstacles for us and that participated actively in the construction of the piece, to our colleagues from Guerrilla Lighting that accompanied us with their flashlights, to Fred Kroh who gave us a large amount of photographic material, to the artists who embellished the installation with their performances… And special thanks to Alfonso Ruano who went with us from Spain and definitely without whom none of this would have been possible, thanks friend and of course, to our dear Cristina Curiel.

Neither are we going to forget the time that we spent looking at books, flipping through their pages to discover the forgotten secrets of people who do not know, and wondering what the criterion was that the libraries followed to remove them from their shelves, some were truly impressive.

A fantastic experience this grand installation, we learned many interesting things, we hope that we will not forget them…

Images: Gustavo Sanabria.

Time of installation: 30 days.
Damages: none.
Exhibition time: 1 mounth.

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